El derecho a la alfabetización

Fuente:http://www.uhu.es/cine.educacion/cineyeducacion/temaslapizarra.htm

El derecho a la alfabetización está implícito en el derecho a la educación reconocido por la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. Otras convenciones y declaraciones internacionales han reiterado posteriormente ese derecho. La Convención relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza aborda específicamente el problema de los que no han cursado estudios primarios o no los han terminado. La Convención de 1979 sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 no sólo proclaman el derecho a la educación, sino también a la alfabetización. En estos dos instrumentos figuran referencias explícitas a la alfabetización. En la Declaración de Persépolis de 1975 se dice que la alfabetización es un «derecho fundamental de todo ser humano», y esto se reitera en la Declaración de Hamburgo de 1997.

También hay varios instrumentos jurídicos internacionales que se centran en la lengua de adquisición de la alfabetización. Así, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos sanciona el derecho de las personas pertenecientes a minorías a utilizar su propio idioma. En el Convenio de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales de 1989 se dispone que –siempre que sea posible– se debe impartir enseñanza a los niños de esos pueblos para que aprendan a leer y escribir en su propia lengua materna y se deben adoptar medidas para velar por que dominen una de las lenguas oficiales del país.

Por otra parte, cabe señalar que son numerosos los documentos que autorizan una interpretación amplia de la alfabetización, incluyendo en ésta no sólo la lectura y la escritura, sino también el acceso al conocimiento científico y tecnológico, la información jurídica, la cultura y los media. Por último –y esto es especialmente importante– se ha reconocido que la alfabetización es un instrumento para poder ejercer otros derechos humanos. En efecto, en la Declaración de Viena de 1993 se hace un llamamiento a los Estados para que se esfuercen por acabar con el analfabetismo, relacionando esos esfuerzos con una mejor protección de los derechos humanos y las libertades individuales.
En los decenios de 1960 y 1970, la noción de «alfabetización funcional» ha ido cobrando un mayor arraigo y ha puesto de relieve los nexos entre la alfabetización, la productividad y el desarrollo socioeconómico global. Recientemente, se ha centrado la atención en las modalidades de utilización y aplicación de la alfabetización en distintos contextos sociales y culturales. Muchos educadores han llegado a considerar la alfabetización como un proceso activo de aprendizaje que entraña una concienciación social y una reflexión crítica susceptibles de facilitar la emancipación de las personas y los grupos para promover cambios en la sociedad. Los trabajos del educador brasileño Paulo Freire han integrado la noción de aprendizaje activo en contextos socioculturales particulares.

Freire sostiene que «toda lectura de una palabra va precedida por una lectura del mundo». El término alfabetización ha ampliado su significado hasta llegar a convertirse en metáfora de muchos tipos de competencias. Algunos especialistas estiman que la noción más apropiada a la vida del siglo XXI es la de «alfabetizaciones múltiples», esto es, competencias elementales relacionadas con la tecnología, la salud, la información, los media, el ámbito de lo visual, el campo de la ciencia y otros contextos.

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PELÍCULAS EN TORNO AL TEMA DE «EDUCACIÓN PARA TODOS»

Educación para todos

Fuente:
http://www.uhu.es/cine.educacion/cineyeducacion/temaslapizarra.htm

El Informe de Seguimiento de la Educación para todos en el Mundo evalúa cada año los progresos realizados hacia la consecución de los seis objetivos que se fijaron los 164 países participantes en el «Foro Mundial sobre la Educación», celebrado el año 2000 en Dakar. Anualmente se valoran los cambios producidos desde 1998 y se formulan previsiones sobre los países que tienen posibilidades de lograr la Educación para todos, alcanzar la paridad entre los sexos en la enseñanza primaria y secundaria y mejorar en un 50% el nivel de alfabetización de los adultos de aquí a 2015, año fijado como límite. Aunque estas previsiones quizás no reflejen totalmente el impacto de los cambios más recientes en las políticas de educación, no por ello dejan de ser un instrumento de seguimiento útil. En general, los progresos de estos últimos año han sido regulares, pero insuficientes todavía para alcanzar los objetivos o acercarse a ellos mucho más de lo que se ha conseguido hasta ahora. Todos los elementos de información de que se dispone demuestran que sigue siendo necesario centrar la atención en las políticas de educación del África Subsahariana, Asia Meridional y Occidental y los Estados Árabes, así como en las de los países menos adelantados de otras regiones.
Las estrategias nacionales centradas en la igualdad entre los sexos, los docentes, la salud y los grupos más desfavorecidos son fundamentales para acelerar el ritmo del cambio.

 

En el Objetivo 4 del Marco de Acción de Dakar se hace un llamamiento a los países para «aumentar de aquí al año 2015 los niveles de alfabetización de los adultos en un 50%, en particular tratándose de mujeres, y facilitar a todos los adultos un acceso equitativo a la educación básica y la educación permanente». Aunque el Objetivo 3 no se refiera explícitamente a la alfabetización, el compromiso de satisfacer las necesidades de aprendizaje de todos los jóvenes y adultos, «velando por que sean atendidas las necesidades de aprendizaje de todos los jóvenes y adultos mediante un acceso equitativo a programas adecuados de aprendizaje para la vida diaria«, supone la necesidad de una alfabetización básica. En esta parte se expone cómo han evolucionado los conceptos de la alfabetización, se muestra cómo la alfabetización es un derecho que permite acceder a otros derechos, y se suministran datos empíricos sobre los múltiples beneficios personales, sociales y económicos que se derivan de la adquisición de competencias en materia de alfabetización. Sin embargo, la alfabetización no garantiza de por sí sola otros derechos ni sus beneficios, ya que éstos dependen de la aplicación de leyes y políticas pertinentes en cada uno de los países interesados.